sábado, 6 de octubre de 2012





El consumo del alcohol en exceso, se está covirtiendo en pandemia.

Me gusta beber, me gusta brindar, pero no me gusta emborracharme.

Para los jóvenes, no existe panacea mejor que emborracharse.

Triste realidad de la cual todos somos culpables.

La ausencia de valores, la falta de un por qué o una para qué.

La publicidad, la pertenecencia a un grupo, todo está en juego.

He oído decir que hay chicos que se ponen vodka en los ojos, porque es más rápida su absorción.

Otros toman un tema musical que repita muchas veces una palabra, y la consigna
es que cada vez que  la palabra es mencionada, se toman un vaso de tequila.

La creatividad del joven es inmensa y está mal invertida o aprovechada.

Aplaudo la de un padre amigo: días pasado invitó a los amigos de su hijo
y los embarcó en una tarea común: hacer una paella en grupo. Fue muy divertido,
y se sintió satisfecho de que el grupo participara y se entretuviera.

¿Habrá más soluciones e ideas para poder canalizar tanto vacío vital?

viernes, 5 de octubre de 2012



Ya en 1955 el escritor belga Georges Simenon (creador  del Comisario Maigret y autor entre otros de El Tren, La Habitación Azul y Noviembre, afirmó: "El hecho de que seamos no sé cuántos millones de personas, pero que la comunicación, la comunicación completa, sea absolutamente imposible entre dos de esas personas, resulta uno de los temas trágicos más importantes del mundo".

Y aquí estamos coqueteando con la comunicación, haciendo uso de las más variadas tecnologías, telefonía, informática, televisión, radio y toda la aparatología que la hace viable alcanzando límites muy interesantes de sofisticación.

Somos en realidad parte del todo?  Si acaso de algo?

La comunicación es posible, pero debemos construirla, y no es solo poniendo un "me gusta". 

Las nuevas tecnologías nos conectan, pero no nos comunican.

Lulu está inquieta necesita presencia, que la eescuchen, mirar, reclama palabras cargadas de sentido.

Lulu, hoy está aquí para comunicarse contigo.